CL Gustavo Eguren Fundador del Leonismo en el Perú. |
Nuestro Movimiento
Internacional, se mantiene a través del tiempo porque cuenta con sólidos principios y nobles objetivos por cumplir a favor de la humanidad, dirigidos especialmente
a quienes menos tienen o sufren necesidad.
A propósito de ello, traigo a colación una conversión que sostenían un grupo de amigos vinculados a otras instituciones que tienen como quehacer natural, la elevación
espiritual de las personas.
Al parecer, un tema que siempre anda flotando en todo tipo de reuniones,
es la disyuntiva entre mantener la tradición
o dar paso a la modernidad. Y esto
es palpable cuando nuevos miembros-de reciente incorporación, son
de la idea de realizar grandes cambios a las instituciones para que se asemejen a algún modelo empresarial; pues así-según ellos- se podrían alcanzar de
una manera más efectiva los grandes objetivos
que se han trazado.
Es más, pienso que hay una tendencia casi generalizada en tratar de
adaptar a las instituciones- en este caso de bien
social –a otra de tipo empresarial.
Escucho decir con cierta rigurosidad que falta gerencia.
Otros, si bien no comparten la misma idea, son del parecer que se debe desterrar la tradición
y más bien entrar de lleno a la modernidad.
Se piensa que tal vez de esa manera se
pueda captar más adeptos y/o asociados.
De mi corta experiencia en
otras instituciones, he podido observar
que por el contrario muchas de ellas se
mantienen a través de los años, precisamente por la tradición que viene de atrás, pero con el uso complementario de
las ventajas y beneficios que nos trae la modernidad.
Sin embargo, creo-que tal vez-
existe una confusión en
algunos enfoques. Muchas veces se hacen
grandes esfuerzos, a veces dramáticos en
tratar de cambiar bruscamente el mundo,
pero sin pasar por el inicio: el cambio
personal.
A la altura de estas breves reflexiones,
creo que cobra fuerza esa sabia
sentencia que se encontraba en los
templos de la antigüedad: “Conócete
a ti mismo”, cuya simple lectura de manera ligera quizás no nos diga
nada, pero que encierra toda una fórmula de sabiduría, que bien podríamos aplicar desde ya sobre nosotros mismos.
Sin duda, la tarea no
solo es ardua, sino grande y pasa por reconocer-
principalmente- dentro de nuestro ser que aristas debemos limar, para cambiar. Es decir, ser mejores personas. Tal vez de esa manera podamos aprender luego a tratar a
los demás.
De otro lado, así como la perfección
del ser humano es una tarea
inalcanzable; de igual manera las grandes necesidades
que existen en el mundo, sin duda, justificaran
una vez más la existencia de instituciones
como la nuestra, donde no hay
lugar para quienes olviden, que la mejor
manera de elevarse a planos de superación
espiritual es sirviendo a los demás.
De igual manera, siempre es bueno estar prestos a recordar que al
existir personas que piensen distinto
a nosotros, quizás esto constituya otra prueba que debemos pasar para lograr la convivencia humana, donde la
tolerancia a las ideas de los demás, es por cierto uno de los factores claves a
tomar siempre en cuenta y practicar en nuestra vida cotidiana.
Tal vez –en mi humilde opinión- de esta manera, podamos recorrer juntos el Camino a la Felicidad con Fe y
Amor por el Servicio.
PCC Federico Nakachi
Morimoto
Presidente del Comité
Honorario Distrito H-4
Periodo 2017-2018.